Agricultura Regenerativa Polyfarming
La Regeneración necesita mucho más que buenas intenciones (II).
La Casa Integral no somos una empresa de agricultura ni de ganadería, no somos productoras directas de alimentos pero en nuestra visión está diseñar, compartir, aplicar “soluciones regenerativas para la persona, la vivienda y la comunidad”. Saber acompañar estos procesos pide conocer las diferentes realidades de todo el ecosistema, desde la persona que produce, su contexto, sus productos, sus logros y obstáculos, la persona que vende y comercializa, la persona que legisla, controla y certifica, la persona que compra… y sobre todo ese paisaje complejo político de recursos y economía que muchas veces acaba siendo el depositario de las buenas y malas prácticas de los anteriores actores.
Los días 2 y 3 de diciembre hemos estado participando en dos jornadas organizadas por la ARI (Agricultura Regenerativa Ibérica) y el CREAF (Centre de Recerca en Ecología i Aplicación Forestal). El Jueves 2 estuvimos visitando la finca Planeses donde el Marc Gràcia nos explicó el patrón de gestión de la finca basado en 5 preguntas fundamentales:
¿Estoy maximizando la producción fotosintética de mi finca?
¿Cómo puedo mejorar la salud del suelo optimizando el retorno?
¿Cuáles son las perturbaciones actuales o pasadas que están afectando el desarrollo del suelo?
¿Cómo está actuando el ciclo de carbono en mi sistema?
¿Cómo puedo mejorar el ciclo del agua en mi sistema?
Estas preguntas guían a Planeses en su Meta Holística y los resultados son evidentes. Han pasado de 1,4% a casi el 6% de materia orgánica en menos de 5 años de gestión, aumentando exponencialmente la absorción de C02 y de agua. Estos resultados son casi impensables para la mayoría de proyectos productivos, inclusive en ecológico.
Cómo bien dijo Ana Digón en su ponencia; “Además de pensar en incrementar las tres M (Minerales, Microorganismos y Materia Orgánica), debemos también transformar otras dos M, el Manejo y la Mentalidad”. El lugar desde donde pensamos nuestros sistemas productivos es determinante para plantear manejos diferentes.
La visita del jueves la pudimos celebrar comiendo un fantástico menú hecho con las materias primas de la finca y de otras fincas amigas, cocinado con gran talento por Andrés de Cocina Regenerativa. Un buey de 4 años presentado en dos platos con dos tipos de cocciones diferentes (un tartar y otra en cocción lenta) acompañado con diferentes verduras de una de las tiendas de Planeses ha sido el paisaje ideal para seguir compartiendo junto con los vaqueros, las procesadoras de alimentos, otras familias productoras de visita como Mas de Santa Creu en Tarragona y la familia Montull de Agrifranja, un investigador de Meat Agriturism Spain, Miguel Carbayo Pérez, un funcionario del MITECO, La Casa Integral, en fin, un ecosistema de alta diversidad.
El Viernes 3 en el Institut d’Estudis Catalans participamos de la presentación del proyecto Life Polyfarming en Planeses y de otras de diferentes proyectos de Agricultura Regenerativa con las representaciones del MITECO, el CREAF, ARI i el Departament d’Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural de la Generalitat.
Además de Planeses pudimos deleitarnos con la presentación del proyecto AlVelAl de la mano de Remedios y Santiaga que pudieron transmitir con exquisita sencillez y convicción el impacto territorial que está teniendo la iniciativa en el SurEste de la península Ibérica, inspiración para otras zonas semiáridas. El trabajo de conexión entre el paisaje, las productoras y las personas consumidoras es realmente ejemplar y la dimensión (100.000 hectáreas!) es para quitarse el sombrero.
También vimos el compromiso de las bodegas Torres que gestionan centenares de hectáreas por una viticultura regenerativa (habiendo incluso co-fundado una fundacion para ello) que evite la pérdida de suelo e incrementa la absorción de CO2, aunque en este caso hemos echado en falta la reflexión sobre si hace falta seguir ocupando tanto suelo para un sólo producto y no de primera necesidad.
Presenciamos algunas intervenciones del público que parecía ser querían restar y no sumar. Enfocando su mirada hacia detalles sobre si se usa o no maquinaria (pequeña) o si se respeta la forma natural del cep, en fin, creemos que en un marco de reflexión macro sobre los sistemas agroalimentarios y su indiscutible influencia en nuestra salud y la de nuestros paisajes, en un marco de diálogo constructivo para encontrar más y mejores soluciones, debemos desde todos los sectores enfocar nuestras miradas en aquello que construye y no en aquello que destruye.
Ningún proyecto es perfecto ni los procesos tampoco.
Una iniciativa empresarial productiva también es un sistema vivo que seguramente pasará por diferentes fases de transición antes de entrar en la madurez y como todo ecosistema encontrará su clímax y esto sucederá… pues cuando se den las condiciones óptimas para hacerlo, ni antes ni después.
Pedir que todos los proyectos pioneros en la producción y gestión del paisaje sean perfectos, absolutamente coherentes y sin fisuras desde el primer día… es una exigencia que no permite avanzar ni permite el libre desarrollo de los mecanismos evolutivos de cada proyecto. Esos mecanismos que provocan una autorregulación sobre los bucles de Retroalimentación, ya sean positivos o negativos llevan a los proyectos a donde tienen que ir según sus contextos.
Así como nos maravillamos del crecimiento de una criatura (humana o no) con sus tropiezos, sus maneras de probar avances, sus maneras de autoafirmación y sobre todo sus grandes logros… pues deberíamos tener una mirada así de empática y de acompañamiento consciente con todos esos proyectos que están creciendo en ámbitos a veces hostiles (legales, económicos, de recursos, de comercialización, de mala prensa, etc).
No podemos pasar de alto esa hostilidad horizontal, en los propios círculos donde nos movemos. Ni podemos pasar de alto la hostilidad vertical, generalmente ejercida de arriba hacia abajo.
Es absolutamente necesario que las personas que legislan y crean protocolos de inspección y definen qué se puede producir y qué no, se den unas buenas vueltas por el territorio, por las diferentes realidades rurales que envuelve el tejido productivo y sobre todo que analizen los efectos que la agricultura convencional está generando en nuestros suelos, en nuestra alimentación, en nuestra economía, en nuestra agua. Ya no hay color político que deba sustentar esta degeneración de los recursos.
Hemos comenzado la década más decisiva para adaptarnos a las crisis alimentaria, energética y climática de los próximos 30 años. Un apoyo al pequeño productor para poder sustentar esa fase de transición, quizás es necesario, no solamente desde arriba, desde las administraciones, pero también desde abajo, desde el consumo que se hace de los alimentos a diario. Menos y de más calidad, es un buen lema en nuestra opinión.
Muchos patrones de actuación de la Agricultura Regenerativa funcionan en todas las escalas. ¿Es posible secuestrar toneladas de CO2 mientras cultivamos alimentos de calidad y tenemos impactos positivos socioeconómicos?
¿Podemos construir una cultura Regenerativa que deje de Sostener lo existente para generar algo nuevo?
Si, claro que podemos hacerlo, hay cientos de miles de personas en todo el mundo haciéndolo ya.
¿Te sumas? La Casa Integral te acompaña.